lunes, 9 de noviembre de 2009

Segunda estrella a la derecha


La primera vez que vi Peter Pan debo haber tenido unos seis o siete años. Apenas terminó, quise ver si yo podía volar como los personajes de la película. En el fondo sabía que no era cierto; por muy pequeña que fuera, ya había leído lo suficiente como para saber que los humanos no vuelan, que el polvo de hadas no existe y que Peter Pan era un personaje ficticio. Aún así, me subí con determinación a mi cama, pensé en cosas alegres y salté. No tengo que explicarles que no volé: caí de pie en el suelo como cualquier niña normal que salta de cierta altura.

Siento que en mi vida ese episodio se repite todo el tiempo. Sé que los sueños que tengo son sólo fantasías. Aún así, me empeño en saltar para comprobarlo. La decepción sigue siendo la misma. Tal vez espero demasiado. Recuerdo que en Corazón de Caballero a William le dicen que apunta demasiado alto y él responde que no conoce otro modo de apuntar. Es la misma respuesta que me doy. ¿Estaré tan equivocada? ¿Seré así de inmadura?

Mejor ni respondan.

2 Comments:

  1. Alberto said...
    Ése es un escrito impecable, Pandora. La anécdota del primer párrafo, seguida de la reflexión del segundo, y ésta de la resignación final, que bien podría saber a conclusión borgeana, hacen una armonía que pocas veces se logra. El texto me conmueve hasta el alma. Eres genial.

    Como tú, tampoco debo haber tenido más de seis o siete años cuando comenzó mi admiración por Peter, Wendy, Hook... Yo, de hecho, las veces que, siendo chico, salté, con un "happy thought" en la mente, de mi cama o de alguna roca y caí, respectivamente, de pie en el suelo o yéndome de hombro a la arena, me sentí más Hook --más huero, más real-- que cualquier otro personaje de Barrie.

    En boca de Hiperión, quien fue --a mi parecer-- su más logrado personaje, el poeta romántico alemán Friedrich Hölderlin (1770-1843) pone este inolvidable --al menos para mí-- adagio y que yo siempre evoco: "El hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona". Y, en otro pasaje del "Hiperión", Diótima, la bienamada (algo así como Carlota para el Werther de Goethe) de éste, le advierte: "Pides demasiado; por eso, lo tienes todo y no tienes nada". Al igual que tú, no sé si será por la edad o qué, pero yo, en mis adentros, sigo deseándolo todo, hasta el corpúsculo infinitesimalmente más recóndito de cada persona y cosa que anhelo o amo. Claro que, muchas veces, esta falta de sobriedad, o, en el mejor de los casos, su cursilería, es detestada, o simplemente incomprendida, por la gente, incluso por aquéllos a quienes más quieres; de ahí que, junto con el deseo, sea bueno cultivar también la templanza, que es, además (tú que bien presentes debes tener a los Perceval y los Gawain), una de las cuatro virtudes cardinales que debían guiar la vida de todo caballero cristiano en la Edad Media. Pero, como sea, nunca olvides que hasta el placer de soñar tiene su precio ("Todo ángel es terrible" insistía Rilke, ¿recuerdas?): la caída. Y ésta, desde un santo como Tomás Moro hasta un Führer como Adolfo Hitler, no hay idealista que no la experimente.
    felipe valdes said...
    saludos doña boudicca, primero que todo te envie un mail hace unos dias pidiendo que me enviaras el link de tu blog que se me habia perdido, pero como ves perseverando la busqueda lo encontre y me alegro de poder comunicarme denuevo contigo por este medio :)

    segundo, te pido que si haz cambiado email porfavor me avises pues recuerdo que me dijiste meses atras que en cuanto tuvieras tiempo te conectarias a msn, cosa que aun no sucede XD

    tercero, y ahora si aludiendo a tu tema, nunca he sido fan de peter pan pero tengo su sindrome, me niego a crecer y a cambiar, al menos mientras el mundo adulto siga tan sucio. si bien es cierto con los años uno acumula tantas decepciones que los ideales se ven amenazados y la mayoria termina desechandolos y resignandose a una vida mediocre, quienes tenemos conciencia social y vemos mas alla no podemos perder el norte. un mundo mejor es posible para quienes asi lo quieran. personalmente me canse de ayudar a los que no quieren ser ayudados, pues eso me ha desgastado mucho. hay quienes, citando a matrix, como cypher han visto la horrible realidad y sienten que nada pueden hacer para cambiarlo y que seria mejor olvidarse y volver a vivir en la alienacion disfrutando de su metro cuadrado. hoy creo que debo enfocarme en quienes buscan un mundo justo y unirnos tanto por el efecto moralizante de saber que no estamos solos en la lucha como para lograr un mayor enpoderamiento mediante la accion conjunta.

    los sueños, ideales y valores son las herramientas individuales mas fuertes para crear herramientas colectivas que permitan la transformacion social, por lo mismo no podemos darnos el lujo de dejar que desaparezcan, pues una vez que se pierden no se recuperan. los ideales deben ser de acero, para destruir la injusticia y para resistir sus ataques.

    un gran abrazo camarada

Post a Comment