viernes, 23 de octubre de 2009

You may say I m a dreamer

Es extraño como una canción, un verso o un libro de crítica social, que fueron escritos muchos años atrás, hoy en día sigan aplicándose de manera tan exacta. Claramente es aterrador que las injusticias sigan siendo las mismas que las de hace 50 años atrás.
Esta tarde, escuchando a Violeta Parra me he dado cuenta de que este planeta continuará siendo una mierda mientras la mayoría no haga nada. Pero sabemos que la mayoría no es la que piensa. La mayoría está sumida en la televisión, en el consumo y en la ceguera. ¿Qué hacer? Por más que nos empeñamos en hacerles entender, ya sea mediante la violencia, la información, los gritos y las muertes de varios inocentes, no entienden. No comprenden que el mundo está sufriendo, que personas sin culpa mueren cada día victimas del sistema, que los mismos animales sufren cada día. No es la gracia vivir así. No sé que más queda por hacer. Me he sentado frente al computador a escribir este blog como un medio de escape, pero ahora me doy cuenta de que lo hago con verdadera fe de que, aunque una o dos personas tomen conciencia, será un aporte... Creo que si cada blog, libro, película, marcha, etc, convence a una persona, entonces lo que hacemos tiene sentido. Entonces si estamos logrando algo. Espero realmente que el proceso no sea demasiado lento.

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Escribí esto hace poco más de un año en otro blog. Si bien no fue precisamente una revolución lo que logré, mucho gente se mostró de acuerdo en torno a mis publicaciones. ¿Logré algo con eso? Yo pienso que sí. Como lei alguna vez en Mafalda "una hormiga no puede detener un tren, pero sí puede sacarle ronchas al maquinista". Talvez pequeños cambios no necesariamente son inútiles, ¿no? Las grandes revoluciones tampoco han mejorado las cosas, ¿por qué no hacerlo diferente esta vez? Comenzar por el pueblo y no por líderes... Comenzar pensando, reflexionando y no actuando impulsivamente. Al menos esta esperanza, la de lograr algo, me mantiene en una incesante lucha. Y quizás no sea física, pero no por eso deja de ser agotadora y desigual...

You may say I m a dreamer
But I m not the only one
I hope someday you ll join us
And the world will live as one

2 Comments:

  1. anónima said...
    la gente, en general, es egoista. yo creo que por eso tú luchas por ti y los tuyos (tu familia, tu comunidad, quienes te rodean) y a veces esos cambios ayudan también a otros, pero no puedes esperar que los demás te apoyen: si esperas esto, al final no haras nada. pienso, por ejemplo, en Martin Luther King, Malcolm X y los otros luchadores por los derechos civiles en EEUU: si se hubieran puesto a esperar que la mayoría de los negros fuera tan valiente y consecuente como ellos, todavia estarían esperando. pero lucharon por ellos, sus familias, sus amigos. y su lucha hizo mejor el mundo para todos.
    Alfredo said...
    El mundo nunca ha cambiado lo suficiente como para dejar de repetir lo que (y siguiendo con las fuentes argentinas: tu Mafalda fue memorablemente esclarecedora) Gardel en "Cambalache":

    Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé
    en el quinientos seis y en el dos mil también
    que siempre ha habido chorros
    maquiávelos y estafáos
    contentos y amargaos, valores y dublé
    pero que el siglo veinte es un despliegue
    de maldá insolente ya no hay quien lo niegue
    vivimos revolcaos en un merengue
    y en el mismo lodo todos manoseaos.

    Pero está bien: que sea malo alicienta aún más las grandes obras, las cuales algún día, hayan sido célebres o clandestinas, reclamarán su tiempo.

    Estoy de acuerdo con el anónimo anterior: quienes han logrado, Pandora, las mayores revoluciones en la historia empezaron como tú: resignados a llegar, primero, a unos cuantos y sin la certeza de, algún día, lograr extenderse a algo siquiera cercano a una masa. Lo contrario sería querer figurar (ojo: no es lo mismo que trascender) a la manera de, por ejemplo, el irremediable de Evaristti: con exposiciones lamentablemente indignas como la de jugueras que contengan peces vivos o con intentos olímpicamente fatuos como el de pintar de rojo el Mont Blanc. Más vale la pena esperar, como Ulises y sus compañeros, a que el viento sea propicio e impela tu nave a cruzar el océano todo y arribar hacia las selvas más lejanas, donde generalmente lo espera a uno la Historia (así, con mayúscula). Por eso, sigue siendo una buena Pandora y conserva intacta la esperanza hasta el final. Advierten los árabes que sólo Alá es Omnisciente y Poderoso y Misericordioso y no duerme.

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